Truco fácil para concentrarte en aquello que te cuesta: la técnica pomodoro
Pasar largas horas en la mesa de trabajo es menos productivo que estar periodos más breves concentrados y combinar estos con
momentos de descanso
Si quieres tener alta productividad en algo que te cuesta, olvídate de estar concentrado horas y horas haciendo solo eso. Se ha
comprobado que no es la mejor opción. Al menos, esa es la conclusión de la Universidad de Illinois, que demostró que pasar largas
horas en la mesa de trabajo aporta menos productividad que dedicar periodos de tiempo más breves concentrados y alternar
estos con descanso.
El motivo está relacionado con nuestras dos formas de pensar: la focalizada y la difusa. Mientras que la
primera nos mantiene la atención a tope, la segunda nos relaja y nos ayuda a distraernos hasta con el vuelo de una mosca. Las
dos son necesarias. Es más, la creatividad surge de conectar cosas dispares, que solo nacen de la mente difusa. Pero claro, estar
siempre en lo difuso tampoco aporta mucho ni resuelve los problemas.
Necesitamos alternar la mente focalizada y la difusa para
ser productivos, y para ello existe una técnica que propuso Francesco Cirillo allá por los ochenta y que sigue completamente
vigente: la técnica Pomodoro.
Pomodoro significa “tomate” en italiano y su nombre se asocia a los relojes de cocina con los que se mide el tiempo de cocción.
La idea es utilizar un reloj —o un smartphone o lo que tengas a mano— para medir intervalos de 25 minutos en los que pongas la
mente focalizada y saques adelante la tarea que se nos atasca. Después, te comprometes con hacer una pausa o incluso a darte
un pequeño premio. Vamos a ver las fases de la técnica Pomodoro:
1. Revisa tu agenda y crea el espacio de tiempo que necesitas. Cirillo propuso intervalos de 25 minutos además del descanso, pero
pueden ser 20 o 30 minutos. Igualmente, hay investigaciones posteriores que sugieren intervalos de mayor duración. En este
punto, vale la pena que cada persona identifique lo que más le ayuda.
2. Hazte con un temporizador. Ya lo hemos dicho, escoge el que te sea más cómodo y comprométete a seguirlo. Igualmente,
reúne todo lo que necesitas: documentación o material necesario. Llama si necesitas ayuda antes de comenzar.
3. Céntrate solo en la tarea. Este punto es especialmente difícil. Aquí aparecen las interrupciones, las consultas al móvil o los
asaltos al frigorífico o a la máquina de café. Pues bien, si aplicamos la técnica Pomodoro necesitamos retirar todas las
interrupciones posibles: apagar el móvil o hacernos con ese café que “imperiosamente” necesitamos.
4. Haz un pequeño descanso. Aquí es donde le damos permiso a la mente difusa para que entre en escena. Si hemos hecho 25
minutos de trabajo, un descanso adecuado sería de cinco minutos, por ejemplo. Según Cirillo, en este momento no debemos caer
en la sensación de improductividad y extendernos y extendernos. Ya lo hemos dicho, los descansos ayudan a la mente focalizada.
5. Continuar las sesiones de trabajo y tomar un descanso más largo. Los espacios de 25 minutos y cinco de descanso se pueden ir
encadenando hasta completar tres, y luego tomarse un descanso más duradero de 20 minutos, por ejemplo. O si se hacen cinco
intervalos, el descanso podría ser de 30 minutos. Igualmente, en este punto podríamos darnos una pequeña gratificación, como
un dulce que nos guste, un paseo o cualquier cosa que nos dé energía.
En definitiva, a todos nos cuesta concentrarnos en algo que no nos apetece mucho, como un trabajo, una tarea de casa o resolver
algún problema doméstico. Pero la técnica Pomodoro nos ayuda a mejorar nuestra concentración alternando la mente focalizada
con la difusa.
¿Haces la prueba?