Cultura organizacional
Cada vez son más expertos los que
afirman que el éxito de una empresa depende en su mayoría de la cultura
organizacional, la cual consiste es diferentes sentimientos, creencias, formas
y valores que forman parte de la personalidad de una institución.
La cultura empresarial está altamente
relacionada con los activos intangibles como la marca, la reputación y todos
los valores que resumen la identidad de la empresa. Es importante destacar que la cultura
empresarial es en general una visión de la empresa, una forma de ser y actuar
que nos permite saber cómo es exactamente una compañía. Los valores, la
actividad que realiza, la innovación o el trato a los empleados, son algunas de
las cosas que definen la cultura de una organización, aunque hay muchos más
elementos que pueden ayudar a modificarla.
Por definición, la cultura es
elusiva, intangible, implícita y se da como algo garantizado; sin embargo, cada
organización tiene su propia forma de desarrollar un conjunto nuclear de
suposiciones, entendimientos y reglas implícitas, las cuales gobiernan el
comportamiento cotidiano en el lugar de trabajo.
Existen diferentes formas de mejorar
el compromiso que tiene la organización y a su vez incrementan la consistencia
del comportamiento del trabajador. Algunos empleados han opinado que la cultura
es valiosa, debido a que reduce ambigüedades en la organización.
La cultura dice a los empleados
cómo efectuar las tareas, y le permite distinguir de todo lo que realiza qué es
importante y qué no lo es. Por lo tanto, no se deben ignorar los aspectos
disfuncionales de la cultura, en especial uno fuerte sobre la eficacia de la
organización.
La fuerza y contenido de una
cultura pueden tener influencia en el clima ético de una organización, así como
en el comportamiento de sus integrantes. Cuando una cultura organizacional
conforma estándares éticos se distingue por su tolerancia al riesgo y poca
agresividad, y porque centra su atención en los medios y resultados. Los
gerentes de una cultura así se sienten apoyados para correr riesgos y realizar
innovaciones; no les gusta la competencia que no tiene sentido o aquélla en la
que se compite por nada; ponen su atención en el proceso para lograr las metas
y en las metas que se logran.
Cuando un empresario inicia un
negocio, la creación de la cultura de la empresa puede parecer secundaria ante
los procesos básicos para crear un producto o servicio y venderlo a sus
clientes; no obstante, es pertinente aclarar que cuando una empresa crece y se
va volviendo exitosa comienza a desarrollar una cultura que la distingue de las
demás permitiéndose el éxito.